Pasto, Nariño. La movilidad en la ciudad continúa siendo uno de los problemas urbanos que más preocupa a sus habitantes. A diario, miles de conductores, peatones y usuarios del transporte público se enfrentan a congestiones prolongadas, demoras inesperadas y una infraestructura vial que no logra responder al crecimiento de la ciudad.
Aunque Pasto es reconocida por su dinamismo cultural y su rápido desarrollo, su red vial no se ha modernizado al mismo ritmo. En horas pico, sectores como el centro, la avenida Boyacá, la carrera 27, la avenida Panamericana y las intersecciones cercanas a instituciones educativas se transforman en cuellos de botella donde el tráfico avanza a paso lento o simplemente se detiene.
Factores que agravan la congestión
La problemática es compleja y responde a varios factores que, al combinarse, generan un sistema de movilidad ineficiente:
1. Crecimiento del parque automotor
En la última década, Pasto ha visto un aumento considerable de motocicletas y vehículos particulares. Cada año ingresan más automotores que la ciudad no logra absorber, saturando calles que fueron diseñadas hace varias décadas.
2. Infraestructura limitada
Muchas vías continúan siendo angostas, con pocos carriles, sin espacio adecuado para ciclistas o peatones, y con intersecciones que requieren rediseño urgente.
3. Falta de cultura vial
El irrespeto a los semáforos, la invasión del espacio peatonal, el estacionamiento en zonas prohibidas y el uso indebido del claxon son conductas recurrentes que empeoran el tráfico.
4. Transporte público poco eficiente
Los usuarios denuncian tiempos de espera prolongados, buses sobrecargados y rutas que no cubren adecuadamente zonas de expansión. Esto motiva a muchas personas a optar por vehículos particulares o motocicletas.
5. Obras viales sin planificación coordinada
Cuando se realizan arreglos, reparación de vías o instalación de redes, con frecuencia no existe suficiente señalización o rutas alternas claras, lo que genera caos temporal pero recurrente.
La voz de los ciudadanos
Los habitantes de Pasto manifiestan frustración. Comerciantes aseguran que las congestiones afectan la llegada de clientes; conductores lamentan tardar hasta el doble del tiempo en trayectos cortos; y peatones sienten temor al cruzar calles donde los vehículos no siempre respetan la prioridad peatonal.
Para algunos ciudadanos, la falta de cultura ciudadana pesa tanto como la infraestructura insuficiente. “Tenemos calles pequeñas, sí, pero también falta respeto. Todos quieren ganar el paso. Todos quieren llegar primero”, comenta un residente del sector de La Merced.
¿Qué se necesita para mejorar?
Expertos en movilidad urbana señalan que Pasto requiere una estrategia integral que incluya:
- Modernización y ampliación de vías críticas.
- Planes de movilidad sostenible con ciclorutas y zonas peatonales.
- Mejoras estructurales al transporte público.
- Campañas permanentes de cultura vial.
- Coordinación entre alcaldía, tránsito y contratistas de obra.
- Regulación estricta del estacionamiento informal.
Sin una visión de largo plazo, advierten, la movilidad seguirá deteriorándose, afectando la calidad de vida, el comercio y el desarrollo de la capital nariñense.





